José Antonio Villar, presidente de la Asociación de Empresarios del
polígono de Santa Rita, en Parres, analiza la situación de esta área
industrial, poniéndola en el contexto de la comarca, y reflexiona sobre
la coyuntura empresarial.
-Preside la asociación de
empresarios del polígono de Santa Rita desde su fundación, en 2001. ¿Se
presentará a la reelección el próximo año?
-Creo que no; algunos asociados me han pedido seguir, pero creo que ya hay que dar paso a otros.
-Si hay demanda, ¿cree que el polígono podría ampliarse?
-Sí.
Hoy las cosas han cambiado mucho, pero fue una lástima que en estos
últimos años no se pudiese desarrollar la segunda fase. Hubiese sido
interesante y muy necesaria.
-¿Sería interesante desarrollar en este momento la segunda fase?
-Yo
creo que sí. Incluso a pesar de la crisis y demás, creo que sería
interesante. Las empresas están con muchas dudas, no son los mejores
momentos, pero yo creo que todavía podría ser interesante.
-¿Llegó a haber una lista de espera para instalarse en el área?
-No
llegó a haberla porque no se llegó a concretar nada del desarrollo,
hubo problemas con los propietarios de los terrenos, con el
Ayuntamiento, con alguna empresa que ya estaba instalada...
-¿Caben más empresas en el espacio actual?
-No,
no hay espacio. Puede haber un cambio por alguna razón, algún cese de
empresa, cambios puntuales, pero prácticamente no hay.
-El recién inaugurado polígono de Prestín, ¿era necesario?
-Tengo
muchas dudas con respecto a la forma en que se hizo; la prueba es que
está paralizado. El momento en el que se intentó era una época de mucha
bonanza y de demanda, pero hoy está muy parado. Además, está ubicado
demasiado lejos de la población. No quiero ser negativo, pero la prueba
está ahí, no tiene demanda. Bien es verdad que los tiempos no son muy
propicios a ello?.
-Los promotores dijeron en su inauguración, el 1 de noviembre, que tendría actividad en seis meses. ¿Le parece realista?
-No
lo veo muy realista, pero no sé como está? En el verano vino gente de
Cangas de Onís a ver si aquí había alguna nave. Habían estado en
negociaciones y dijeron que era muy caro. Una de las razones,
probablemente, parta de que los precios no se ajustan, pero no lo sé, no
lo conozco de primera mano.
-Es también vocal del
Oriente de la Federación de Polígonos Industriales de Asturias. ¿Cómo
anda la comarca de polígonos con respecto al resto de la región?
-En
casi todos los concejos hay polígonos y algunos hicieron una segunda
fase. Creo que ahora mismo hay exceso de oferta. No siendo en sitios
puntuales, como en Arriondas, que hay lo que había hace diez años? Pero
tanto en Guadamía como Lléu, que son los mayores, todavía hay para
construir.
-¿Qué ventajas le repoprta a un empresario tener su negocio ubicado en un polígono?
-Todas:
para los servicios, para el trabajo diario de carga y descarga...
Nosotros estuvimos en Arriondas y las dificultades son máximas;
indudablemente mucho mejor en los polígonos. Las ventajas son enormes,
sobre todo por el tráfico.
-¿Y no hay desventajas?
-La
seguridad, porque normalmente están un poco más apartados, tienen menos
vigilancia y, por tanto, hay más facilidades para poder perpetrar
robos. Otras no le veo.
-¿Han remitido los robos?
-Sí.
Aquí se creía que no había muchas cosas que robar; tenemos una consigna
para que no se funcione con dinero. Sorprendió mucho el robo de los
camiones y de la bebida, ya les sirve todo; casi todo el mundo estamos
un poco expuestos. Estamos pendientes de una reunión con el alcalde de
Parres, Marcos Gutiérrez, para el asunto de las cámaras de vigilancia.
Él estaba esperando a tener los costes para poder hablarlo en
profundidad.
-El Ayuntamiento les pedía colaboración a la hora de financiar esa medida, ¿han decidido algo?
-Me
estuve informando y hay subvenciones. El principal problema es el
mantenimiento de las cámaras, dónde está ubicado el control y quién lo
controla, eso tiene un coste. La reunión es para eso, para ver los
costes y echar números. La asociación no tiene muchos recursos, es una
asociación pequeña.
-¿Y una aportación de los empresarios de forma individual?
-Puede ser también, habría que verlo, no voy a hablar en nombre de los demás.
-¿Les
parecen suficientes estas medidas, a las que suman dos serenos, la
plantilla de la Policía Local al completo y una mayor dotación de la
Guardia Civil?
-Si se hace bien, probablemente sí. El
robo a gran escala imagino que es muy organizado, pero para esos robos
de menor cuantía probablemente sea bastante, no lo sé.
-¿Propone algo más?
-No, creo que esto podría ser disuasorio. El resultado se verá después, con el tiempo.
-¿Cómo se explica que los robos se concentraran en Parres?
-Eso
es otro «run-run» de la calle, que fue gente de afuera que viene aquí y
eso es que tienen información, que tienen a alguien que les informa y
les orienta. Esta gente no llega a Arriondas una noche a robar un
almacén que la mayoría no sabía ni que tenía esa cuantía de bebidas. Y,
además, cómo entraron; estuvieron trabajando tranquilamente en una
entrada lateral, era gente conocedora.
-¿Se repite esta situación en algún otro polígono del Oriente?
-Me
comentó el presidente del polígono de Lléu, Francisco Javier de Diego,
«Pancho», que, precisamente, en su nave intentaron entrar. Lo tenía
medio descerrajado y algo debió ocurrir que se fueron porque dejaron una
palanqueta. Él tenía bebidas también y pudiera ser que entraran en el
paquete porque fue el día anterior al robo de aquí.
-¿Han tenido alguna baja en la asociación en los últimos años motivada por la quiebra?
-No...
bueno, un taller que cerró... Pero no, de empresas ubicadas aquí, no;
hay mucho de servicios. Ahora mismo no sé de nadie, los hay con
dificultades, pero una cosa son las dificultades y otra las bajas.
-¿Cuál cree que es el estado de ánimo de los empresarios con los que comparte el polígono?
-Como
todo el mundo, creo. Aquí estamos empresas pequeñas, que se defienden
un poco mejor; haciendo los ajustes y demás se va tirando. Hay temor y
dudas, se comenta mucho, hay que seguir.
-¿Qué le parecen las medidas anunciadas por Rajoy de contención del gasto público y subida de impuestos?
-A
nadie le gusta que le suban los impuestos, pero creo que hay un
conformismo generalizado, se ve la situación que hay y se piensa que
habrá que hacer lo que haya que hacer para salir de esta. Porque, si no,
puede ser peor, claro. Se habla mucho de los cobros; las empresas
tienen dificultades que te pueden arrastrar a tí a alguna otra quiebra.
-El suyo es el sector de la alimentación, ¿resiste mejor que otros?
-Pienso
que sí, que no está tan afectado, tan de frente. Comer hay que comer.
Nosotros, este año, terminamos con buenos resultados, pero no puedes
pedir crecimiento porque no es el momento.
Perfil
Confitero desde los 12 años
José
Antonio Villar Toraño nació en 1942 en Cofiño (Parres). A los 12 años
empezó como pinche en la confitería Campoamor, propiedad de sus tíos, y
se quedó al frente de la misma a los 18 años, tras la muerte de su tío.
La viuda quería vender el negocio y Villar se asoció con un parragués
recién llegado de Suiza para comprarlo. Luego montaron la discoteca
Toype, que durante muchos años fue referente de la «movida» en el
Oriente. Vendieron la confitería, pusieron la fábrica de pastas y, al
mismo tiempo, se separaron. Villar está jubilado de la empresa familiar,
en la que trabajan sus dos hijas y un yerno y en la que se fabrican
unas de las pastas más conocidas de toda la región.